Tocar el cielo con las manos parece algo real en el país vecino. Un cielo despejado de nubes la mayor parte del año y la amplitud térmica que hay entre el día y la noche son dos de las características que permiten una visibilidad óptima del firmamento.
Si bien a lo largo del país hay muchos lugares idóneos para contemplar las estrellas con nitidez, es sobre todo en el norte donde encontramos la mayor concentración de observatorios. Esto ha convertido a Chile en un destino perfecto para el stargazing, concentrando más del 50% de la oferta mundial del turismo astronómico.