Argentina

Una noche en el Hotel Palacio Duhau de Buenos Aires: ¡quiero volver!

Si a la mística de Buenos Aires le sumamos la experiencia de hospedarse en el hotel con mayor prestigio de la ciudad, la visita se transforma en algo épico.

Nuestro colaborador GoCarlos se hospedó una noche en este lindo hotel de Buenos Aires y ha decidido contarnos cada parte de su experiencia.

El edificio original fue construido en 1898 y demolido en 1930 para construir lo que hoy se conoce como el Palacio Duhau , sin embargo, solo desde el año 2006 que este Palacio funciona realmente como Hotel (Park Hyatt Palacio Duhau) y en la actualidad se compone de dos edificios, uno con marcado estilo arquitectónico francés y el más moderno que da hacia la calle Posadas, ambos edificios están separados por un acogedor jardín interior.

Estar en el Palacio Duhau es toda una experiencia, desde sus detalles arquitectónicos, la visita a sus tiendas interiores, cenar en uno de sus 3 restaurantes (Cocina Argentina sofisticada, Cocina Italiana o Cocina Internacional), tomar whisky y fumar un puro en el “Oak Bar” (en el que sus paneles de roble del año 1600 mantienen impregnado el aroma a puro de largas jornadas mirando el jardín) o sentarse en el “Piano Nobile” a degustar su inagotable carta de té y podría seguir con una larga lista de detalles del hotel.

Las habitaciones

El Palacio Duhau cuenta en total con 165 habitaciones, las que están divididas en dos grandes categorías “suites” (edificio antiguo) y “rooms” (edificio nuevo).

Yo decidí hospedarme en el edificio nuevo en una habitación “1 King Bed Deluxe”, la habitación es bastante grande, la cama es extremadamente cómoda y el baño muy espacioso e iluminado. Desconozco si todo el hotel funciona igual, pero en mi habitación me llamó y agradó mucho la atención la existencia de ciertos detalles tecnológicos que ayudan a tener una experiencia placentera (cortinas automáticas y muchas luces que puedes manejar individualmente y crear mini ambientes).

La habitación cuenta además con todas las comodidades que podrías necesitar, un amplio escritorio para trabajar, café, te y agua gratis, un cómodo sillón para leer un libro, minibar muy bien equipado, una tina de hidromasaje e incluso lustrador de zapatos si lo requieres.

Lugares por descubrir

Imagina dos edificios (clásico y moderno) separados por un hermoso patio interior, con una pequeña caída de agua, esculturas y un entorno acogedor. Pues, debajo de todo esto en el Palacio Duhau existe un mundo entero por descubrir, una tienda de flores, las que puedes pedir a la habitación o enviar a cualquier lugar de la ciudad; también encontrarás la “Pâtisserie” el lugar perfecto para los amantes de los chocolates, pasteles y macarons… los dulces no son mis favoritos, pero de seguro para muchos esta tienda será una verdadera experiencia.

Sigo caminando y me encuentro con una galería de arte montada literalmente debajo del patio interior del Palacio, una interesante transición subterránea entre ambos edificios que invita a tener una pausa y contemplar sus exposiciones que van cambiando cada cierto tiempo. Hay que decir que este es un punto importante en el Duhau, desde el acceso principal por Av. Alvear te recibe imponente el cuadro “La Ronda” de Guillermo Roux (pregunta por sus detalles, porque tiene un par de simbolismos bien entretenidos) e inclusive las habitaciones también integran el arte con pequeñas obras que conectan en su discurso con la exposición principal de la galería, un tremendo acierto y detalle del Duhau.

Existen otros espacios que son más comunes en los hoteles de esta categoría, pero que no dejan de sorprender: una pileta de 25 metros y con el detalle de tener agua tratada con “ozono” para evitar la irritación de piel y ojos, ¡vaya qué detalle!

La pileta se encuentra en un piso subterráneo al interior del Spa del Hotel y al lado del Gimnasio, un lugar que también aproveché de disfrutar, no solo porque estaba muy bien equipado, sino que me estaba preparando para la noche, la cena en uno de los restaurantes del Duhau, ¿el elegido? El Gioia.

Cena en el Gioia Restaurant

Antes de contarles mi experiencia en el Gioia, debo hacer la acotación que me llamó la atención la falta de un restaurant con comida francesa dentro del Duhau. Dada toda su historia y relación con Francia, imaginé existiría uno, de todas formas esto no desmerece en nada la excelente experiencia gastronómica que tuve esa noche.

El “Gioia” es uno de los 3 restaurantes en donde se puede cenar dentro del Duhau, otro se llama “Duhau Restaurante y Vinoteca” que se encuentra bajo el edificio clásico del Duhau y ofrece comida argentina sofisticada y por último el “Piano Nobile” que ofrece un menú menos elaborado de comida internacional hasta la medianoche. De todas formas preferí inclinarme por la propuesta italiana del Gioia, ubicado en el edificio moderno de la Av. Posadas.

Debo confesar que cada propuesta del menú del Gioia sonaba más llamativa que la otra, así que incluí a la mesera en que me recomendara algunos platos y especialidades del chef, pero antes que todo una copa de vino… ojo, si lo que quieren es degustar de una amplia carta de vinos les recomiendo ir al “Duhau Restaurant” que se especializa en vinos, el Gioia tiene una carta bastante acotada de vinos, pero los precisos para lograr un buen maridaje con sus platos, ¿mi elección? un Pinot Noir de la Viña Manos Negras.

Con la entrada me arriesgué, sonaba extraña y fascinante… así que me decidí por una Sopa de calabaza y chocolate blanco, la que me llevó al cielo y se coronó rápidamente como una de las cremas/sopas más deliciosas que he probado en mis viajes. ¡qué maravilla su textura y el match de la calabaza con el chocolate! Además, la preparación iba coronada con gnocchi de sémola frito y ufff, para regresar.

De fondo, la elección tampoco era fácil, el menú invita a elegir entre preparaciones con pastas o arroz, yo me encaminé por las pastas con un plato de Tortellini frito relleno de carne de Pato y una salsa de lemongrass con aceite de tomillo. ¿Suena increíble? Pues, luego de la sopa con la que comencé estaba difícil llegar a ese nivel de experiencia en el paladar, pero puedo decir que estaba bastante sabroso, eran sabores diferentes, pero si fuera de nuevo al restaurant, cambiaría mi elección y me dejaría fascinar por algo diferente.

Mientras el vino seguía deleitando mi boca, la tranquilidad del lugar me hacía contemplar el patio interior del Duhau, con el edificio clásico frente a mi y elegantemente iluminado, qué buena jornada estaba finalizando, la que decidí cerrar con un conocido Tiramisú, obvio los toques de chocolate y café, me parecían perfectos para cerrar mi cena.

Una experiencia para recordar

1/2

El Palacio Duhau sin duda es una experiencia en si misma que va impresionando mientras más descubres su historia y rincones, es un hotel de lujo por lo que hospedarse acá tiene un costo elevado, aunque considero muy acorde para lo que es.

Me hubiera encantado hospedarme más noches para disfrutar con calma de todo lo que ofrece el Palacio, quizás fumarme un puro en el Oak Bar o por ahí quizás me animaba a comprar algún pequeño recuerdo en su tienda de arte que se encuentra también en el subterráneo. ¡Sí, también tienen una propia tienda de arte!

Palacio Duhau - Park Hyatt Buenos Aires

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