Esta es la zona perfecta para agarrar la Ruta 89, también conocida como el Camino del Vino, ya que a su paso podrás encontrarte con cientos de viñedos de la mejor calidad.
El paisaje místico es uno de los atractivos más especiales de esta parte de Mendoza, pues verás los Andes desde el mejor de sus ángulos. No perdás la oportunidad de disfrutar una de las vistas más impresionantes que tiene Sudamérica, mientras tenés un buen vino a la mano.
Las bodegas que no te podés perder
Salentein
Una de las bodegas más famosas de todo el país, ubicada a 1.200 metros de altura sobre el nivel del mar, lo cual hace sus tierras ideales para el cultivo de las mejores uvas.

La bodega tiene tres salas de degustación decoaradas de una forma exquisita para la mejor experiencia de sus invitados, los cuales pueden disfrutar de tours guiados dependiendo el número de personas en el grupo, garantizando la cata algunos de los mejores vinos producidos por esta bodega.
Además de aprender, preparate para pasar un tiempo bárbaro con un vino de una excelente calidad.
Diamandes
A pesar de no tener muchísimos años de funcionamiento, esta bodega ha capturado la atención de muchísimos viajeros amantes del vino. Su nombre es la combinación entre “diamante” y “Andes” al ser testigo de la de imponente cordillera frente a su terreno.

Desde su creación, le ha dado una gran importancia al turismo enológico y por esto ofrece una experiencia vitivinícola de la mejor categoría, mezclándose con la serenidad y la belleza de la naturaleza que le rodea.
Su “know-how” es basado en la técnica del famoso vino francés de Burdeos, sin dejar a un lado la tradición mendocina.